Con las prisas del día a día no queda tiempo para mucho más. Después de todo el día de un lado para otro, lo único que nos apetece por la noche es tirarnos en la cama y descansar. Sin embargo, el relax también puede conseguirse de otras maneras. Por ejemplo, leyendo uno o varios cuentos infantiles a tus hijos antes de dormir o, quizá, aprovechar los días sin colegio para aficionarles a la literatura infantil.